Hugo G. Nami
2 017
Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano 26 (1): 77-83 (2017)
Introducción
El poblamiento del Nuevo Mundo ocurrió a finales del Pleistoceno en un espacio temporal sujeto a debate (Adovasio y Page 2002; Meltzer 2009). Investigaciones arqueológicas revelan que en el último milenio de esa época geológica, durante el lapso de ~11.0-10.0 kya el continente estuvo habitado desde Alaska hasta Tierra del Fuego (Kuntz et al. 2003; Nami 2014a) y existía una importante diversidad adaptativa y tecnológica. Un aspecto llamativo desde el punto de vista del trabajo del hueso y la piedra, es que muchos de esos grupos colonizadores poseían un conocimiento tradicional comparable al más alto nivel alcanzado en la evolución tecnológica de la humanidad del Pleistoceno terminal; vale decir, el Paleolítico Superior final (Haynes 2003; Nami 2005; 2010a) y Neolítico euroasiáticos (Shea 2013; Toth y Schick 1996). Una gran parte de las poblaciones humanas, utilizaban en el armamento de caza una significativa variabilidad de estilos y formas de puntas de proyectil. Entre ellas, son conspicuas las denominadas “cola de pescado”, pisciformes, Cueva Fell o Fell, que se distribuyeron desde América Central hasta el extremo sur de Sudamérica (Nami 2014a). Si bien las organizaciones tecnológicas y los conjuntos instrumentales variaban de acuerdo a la región, en distintos lugares del cono sur, el acervo artefactual incluía artefactos cilíndricos acabados por la técnica de alisado conocidos como “piedras” o “litos discoidales” (Flegenheimer et al. 2014; Nami 2014a). Asimismo, también utilizaban instrumentos unifaciales de grandes dimensiones y de manufactura muy cuidada (Miotti y Cattáneo 1997; Nami 2013, 2014a). Desde hace casi dos décadas se están llevando a cabo diversas pesquisas en la República Oriental del Uruguay (e.g. Feathers y Nami 2018; López et al. 2001; Nami 2001, 2007, 2010b, 2013, 2105; Nami y Castro 2014; Nami et al. 2018; entre otros). Formando parte de estas investigaciones, recientemente se efectuó una visita a la ciudad de Dolores (departamento de Soriano) en el sudoeste del territorio oriental (Figura 1). Puesto que se identificaron nuevos artefactos y hallazgos, esta nota brinda información de relevancia para el conocimiento de los grupos cazadores-recolectores tempranos de la región.

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